Por primera vez después de 15 años estoy disfrutado de las calles de Berlín en soledad.
Siempre he venido a los brazos de mi hija, nada más.
Esta ciudad no se te abre en canal al llegar, tienes que buscarla, mirarla a los ojos y encontrar tu lugar.
Ver tu reflejo en su latido multicultural como a través de un cristal.
En una ventana un hombre cose a máquina mientras mira a la gente pasar.
Desde la panadería me llega un riquísimo olor a pan recién horneado, pan aleman; mejor con avellanas, ¡mi favorito!
Al pasar junto a un cementerio siento la necesidad de envolverme en su paz.
Meditando termino en un café sin prisas, aquí el tiempo se mide en calidad más que en cantidad.
Me siento en una mesa tosca y mientras me tomo un té de jengibre con limón escribo estas pincelada de sentimientos recién nacidos sobre la ciudad.
Termino las noche con cerveza, cerveza muy especial, que bebo a pequeños sorbos deleitándome en su sabor, en su suavidad y sobre todo en su invitación a pensar.
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Photography 📸 @kkim_rosario
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For the first time in 15 years I am starting to find my own Berlin.
I was always more interested in spending time with my daughter.
This time around I looked the city in the eyes roaming its streets by myself.
I felt its random pulse, its unpredictability, its freedom and its peculiar beauty. So much so that I am looking forward to more of my new found Berlin.
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